miércoles, 28 de octubre de 2009

Tasa de carbono

Ayer estaba tomando un excelente chocolate con mi amigo Xavier, cosa que aquí en Londres no es fácil (cafetería italiana un poco más arriba del metro de Leicester Square). Xavier es alguien con quien siempre merece la pena tener una charla sobre prácticamente cualquier tema y, especialmente de economía y política (por algo es doctor en economía y curra en la tesorería británica).

Mientras arreglábamos el mundo y disfrutábamos de un chocolate que se come con cucharilla y no se bebe, Xavier empezó a hablar de como cree que debería de ser la fiscalidad. Idealmente, los impuestos deberían de servir para desincentivar comportamientos con externalidades negativas más que tasar los bienes (el estado deberia de financiarse a base de efectuar actividades de valor añadido). En este sentido, una tasa de carbono sería ideal (quien contamina, paga). Lo cual nos devuelve al debate de tasa vs "cap and trade".

Sin embargo, hay un argumento muy fuerte en contra de un impuesto así. Y que casi siempre es negligido. Idealmente, se quiere desincentivar la actividad que provoca una externalidad negativa hasta el punto que desaparezca. Sin embargo, una vez se crea un impuesto se crea un caudal de dinero al cual no es fácil renunciar. Y tenemos el mismo problema de que los impuestos del tabaco financian la sanidad. Si nadie fuma, no hay dinero. Sin embargo, no queremos que nadie fume.

El evitar un sistema de incentivos perversos es otro argumento más a favor del sistema de "cap and trade".

lunes, 26 de octubre de 2009

Mercado eléctrico


Hoy tuve el placer de escuchar a Isaac Tabor de Ibrerdrola en una charla sobre "Real Options in Energy Production". No voy a contaros los detalles porque implican cosas cuya base teórica no entiendo (opciones financieras) y porque se escapa de lo que quiero que sea este blog.

Pero sí contó en cuatro palabras como funciona el mercado eléctrico español. Esencialmente, la electricidad es una commodity con unas características que la hacen especiales, la mayor de las cuales es la incapacidad para almacenarla de manera masiva. Toda la electricidad que se produce debe de ser consumida en el mismo segundo en que se produce.

Esencialmente, la electricidad se compra y vende en un mercado eléctrico (el MIBEL) que no es ni más ni menos que como los demás mercados dinancieros. Por un lado están los demandantes de electricidad (compañías distribuidoras de electricidad - Iberdrola Distribución, p.ej.) que venden esta electricidad a los consumidores finales y deben de aprovisionarse en el mercado eléctrico. Éstos deben de estimar la demanda en una determinada franja horaria y comprar dicha electricidad al mercado. Por otro lado, los ofertantes de electricidad (Iberdrola Generación, las diferentes nucleares...) ofrecen la electricidad al mercado para una determinada franja horaria.

Este sistema hace que, en teoría, los proveedores con un menor coste marginal (p.ej., los eólicos, ya que el viento es gratuito) consigan vender siempre su producción, mientras que los de coste marginal más elevado lo tengan más difícil. Sin embargo, es difícil parar una nuclear, así que esto añade otra complicación. Una central hidroeléctrica puede abrir el grifo cuando quiera y generar más o menos electricidad, una central de ciclo combinado tarda unos 30 minutos en arrancar una turbina de gas, pero una central de carbono no se puede para fácilmente, el viento sopla cuando quiere...

Todo bastante complejo y, afortunadamente, bastante transparente para el usuario final que tiene la tarifa regulada. Y eso crea el déficit tarifario, pero de eso ya hablaremos en otro día.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Inversión a largo plazo

Steve Levitt y Stephen Dubner consiguieron fama mundial gracias al libro Freakonomics, donde se explicaban resultados de las investigaciones de Levitt. Resumiendo enormenente, Levitt aplica técnicas económicas al análisis de lo que, en principio, nada tiene que ver con la economía: la relación entre el aborto y la criminalidad es quizá la más conocida, pero hay otra que a mi me hace mucha gracia que es intentar decirle a un futbolsta hacia donde tiene que chutar un penal para maximizar la probabilidad de meterlo (2/3 hacia su lado fuerte y 1/3 hacia el lado más débil).

Anteayer salió publicado un segundo libro de lo que parece será una franquicia, Superfreakonomics. El último capítulo trata del cambio climático y ha levantado cierta polémica. Desde los altares fundamentalistas se les acusa de negacionistas del cambio climático y de estar mal informados, cosa que ellos han negado en su blog.

Todo est tuvo una consecuencia positiva, para mí. Se ha hablado bastante de cambio climático en dicho blog últimamente. Ayer publicaron un post muy intresante sobre los posibles efectos del despliegue masivo de granjas solares. El mensaje no es nada nuevo: las granjas solares serán buenas a largo plazo, pero van a ser muy caras (en términs monetarios y de emisiones de carbono) a corto plazo.

Volvemos a tener planteado un dilema clásico entre los efectos a largo plazo y a corto plazo (problema clásico de finanzas por cierto, entre proyectos con un NPV positivo y una inversión enorme y proyectos con menos inversión y menor NPV). Esto me recuerda a la noticia que apereció ayer en FT, según la cual "los países desarrollados quieren reducir sus emisiones un 80% en 2050". La crítica obvia (y que se hace en la propia noticia) es que 2050 es tan lejos que es como no comprometerse a nada. Pero hay otra menos obvia, y es el coste que tiene reducir tanto las emisiones en este plazo.

A día de hoy, la mejor manera de reducir emisiones, es reducir el consumo y eso no parece que vaya a suceser pronto. Podemos mejorar la eficiencia y ahorrar, pero eso no llega ni de lejos al 80%. Habrá que invertir en desarrollar sistemas que consuman menos energía y, sobretodo, habrá que desplegar de manera masiva nuevas fuentes de energía. Y eso va a ser caro y va a aumentar las emisiones a corto plazo (porque bien se tienen que producir los molinos de viento y eso requiere energía). Para llegar al target de 80% en 2050 habrá que hacer un despliegue masivo de nuevas tecnologías y no se van a "autofinanciar" (ie, el carbono que neceistamos para producir los paneles solares necesarios en 2020 no va a venir sólo de los paneles ya instalados).

En definitiva, estamos ante un problema complejo cuya solución requiere menos dogmatismo del necesario. Sí, las renovables nos dan un futuro sin carbono, pero un presente donde las emisiones van a tener que aumentar.

viernes, 16 de octubre de 2009

Sabiduría de los abuelos

Dice mi abuela que "no es más rico quién más tiene sino quién menos necesita". Parece que según la AIE, en España somos muy pobres.

Publica hoy El País un artículo sobre como España apenas ha adptado el 10% de las medidas de ahorro energético que se acordaron en el G8 de Escocia de hace un par de años. España es un líder mundial en implantación de renovables, pero aún podríamos ser mayor referente si ahorráramos un poco.

De hecho, nos lo podemos plantear como una situación estratégica. España importa casi todo el petróleo y gas que consume (y ésas son nuestras mayores fuentes de energía), lo cual tiene varios efectos, entre los cuales:
  • aumenta nuestras importaciones (y con ello, empuja nuestra balanza comercial un poco más hacia el negativo y aumenta nuestras necesidades de financiación en un momento en que anda escasa)
  • aumenta la volatilidad de precios (y, por regla general, la inflación)
  • dependemos de terceros a los que hay que hacer la rosca (Argelia sobretodo, algo menos Venezuela...)
Si con medidas que son fáciles de adoptar, fuéramos capaces de reducir nuestra dependencia del petróleo no sólo ganaríamos en medio ambiente, sino también económicamente. Y no estamos hablando de medidas imposibles: cosas tan sencillas como utilizar bombillas de bajo consumo (que gastan menos de un 25% que las tradicionales) es raro en España pero es la norma en un país en desarrollo como China.

Hay medidas más costosas, pero que deberían de ser igualmente eficientes. Cuando vivía en Francia (noroeste de París) estuvimos un par de semanas bajo cero. No hizo falta calefacción en casa: el piso estaba orientado al sur y bien aislado. El vecino de al lado, cuyo piso daba al norte, gastó 75€ en calefacción ese mes. Multiplicad eso por 60 millones de franceses (poned 3 personas por piso) y sale una pasta gansa.

Sigo sin entender porque en Barcelona necesito calefacción desde octubre a marzo y en Francia apenas la puse en 2 años.

martes, 13 de octubre de 2009

Energía eólica en China

China es un país con importantes necesidades energéticas. A día de hoy, la mayoría de dichas necesidades se cubren por medios fósiles: el 76% de la energía proviene del carbón, 11% petróleo y gas natural un 3% (del departamento de estadística chino). Sin embargo, con el elevado crecimiento económico chino, esta fuerte dependencia del carbón se está volviendo insostenible (por razones económicas, de orden social y medioambientales).

Por esto (y porque China ha idenificado en ello una industria estratégica), ahora mismo hay un boom de los proveedores locales chinos en energías renovables, que cuentan con todo el apoyo del gobierno chino. Con un par de gráficos se ve claramente el boom chino (haced clic para ampliar las imagenes):


 

Si en 2006, los mayores proveedores en China eran Goldwind (CN), Vestas (DK), Gamesa (ES) con un 75% del mercado, en 2008 representaban apenas el 39% del mercado y los tres mayores fabricantes chinos Sinovel, Goldwind y Donqi representaban el 56% del mercado (y GE, segundo fabricante mundial era apenas significativo en el mercado).

En pocas palabras, en 2 años los fabricantes chinos han subido como la espuma en el mercado local. De momento, la tecnología no está al nivel de los occidentales (sobretodo en cuanto a uptime), pero son ultra-competitivos en coste.  Con el tiempo, para servir al mercado local, Vestas y Gamesa se han instalado ambas en Tianjin que se ha convertido en el hub eólico de China. La pregunta que uno se hace es cuán competitivos pueden ser ests fabricantes chinos y si son capaces de ir al mercado exterior. En el caso de las turbina eólicas no se puede replicar el modelo de exportación típoco de la internacionalización de algunas empresas chinas (Haier, Huawei), sino que se requiere una fuerte presencia local, tanto en términos de fuerza de venta como fabricación. Y es por muy barata que sea la mano de obra en China, el coste de transportar palas de 50m de largo por barco no es negligible.

sábado, 10 de octubre de 2009

A perro flaco...

El dinamismo económíco se basa en la confianza. Si tu me quieres vender un coche usado y yo no me fio de ti como vendedor, querré probarlo, que lo inspeccione un amigo que sepa de mecánica, pediré garantías (pagar si el coche sigue funcionando a los 6 meses, a los 12...) y, por lo general, tendré esa sensación de que quizá me estás timando. De la misma forma, si no te fías de mi como comprador, me pedirás pagar en efectivo, por adelantado, inspeccionarás los billetes y quizá contrarás a alguien para que me dé una paliza si resulta que los billetes son falsos. En cualquier caso, será una transacción difícil.

Aparte del conocimiento personal, uno de los mejores mecanismos que se han inventado para dar confianza son las instituciones independientes. Si yo voy al vendedor del coche con un cheque de banca, ya no tiene que fiarse de mí, sino del banco. Si él se fía del banco (y es más fácil confiar en un banco que basa su negocio en vender confianza que en un individuo que te puede timar puesto que no te va a volver a ver más), como el banco se fía de mi, puede confiar en mi. Los bancos, el gobierno, las universidades, las aseguradoras... todas ellas son instituciones que dan confianza. Y tienen un rol básico en la economía.

De la misma manera, una empresa no emprende una inversión si no tiene una cierta confianza en el futuro. El carnicero no comprará una cámara frigorífica nueva si cree que de aquí a 3 meses, quebrará la carnicería. El constructor no comprará una grúa si cree que en un año no va a haber obras. La aerolínea no comprará nuevos aviones si cree que en 2 años, el gobierno le va a obligar a regalar los billetes a los ciudadanos rubios (por poner una medida arbitraria).

En general, la predictibilidad y la consistencia en los incentivos son básicos para bajar el riesgo y que haya más gente que ose invertir, comprar o gastar. Bien, parece que en España al legislador no le bastó con que el ejecutivo se cargara la solar fotovoltaica que ahora la han vuelto a liar parda. Y claro, la industria se molesta y se defiende.

No nos basta con tener una crisis que va a ser más larga que el resto de Europa, sino que además parecemos querer ahondarla.

Otro tema es, claro, cuán sostenible es una industria que basa su viabilidad en las subvenciones.

viernes, 9 de octubre de 2009

Pesimismo

Ayer estuve en una charla que dieron Tony y Maureen Wheeler (fundadores de Lonely Planet), dentro del marco de charlas de "entrepreneurship" que organiza LBS. Como suele suceder con los emprendedores, la charla fué muy inspiradora. Al fin y al cabo, no están hablando de su empresa, sino de su pasión, de lo que les hace pasárselo bien y, en el caso de ayer, de su vida, sus viajes, su historia personal (ya van 36 años del primer libro) y, sobretodo lo que les ha motivado en esta vida. Han conseguido hacer de su placer un negocio. Y no les ha ido mal.

Una cosa que envidio de EE.UU. (y, en menor medida, de Inglaterra) es el espíritu emprendedor. No es sólo que se apasionan y lo intentan, sino que  fracasar es parte del proceso de aprendizaje (imaginad la diferencia con alguien a quién le quiebra la empresa en España). Eso les confiere un dinamismo del cual nosotros adolecemos.

Comento esto porque creo que ahora, estamos en un momento donde va a estallar una "revolución verde". La presión social es importante (y la gente está dispuesta a pagar), la tecnología está madura (o madurando) y, como se dice "no hay que desaprovechar una buena crisis". Hay una auténtica batalla en el mundo de las baterías, por poner sólo un ejemplo.

¿Será capaz España de tener un rol en este sector? A pesar de nombres como Gamesa, Abengoa, Acciona o Iberdrola, me temo que no: recortes de subvenciones de I+D (habría que cuestionar si la subvención es el mejor método, pero sólo tenemos este y nos lo cargamos), ningún cambio legislativo para favorecer la creación de start-ups, el sector de VC sigue brillando por su ausencia...

Soy muy pesimista.

jueves, 8 de octubre de 2009

Energía solar

Hasta hace unos años, cuando hablábamos de energía solar, immediatamente pensábamos en paneles solares. Nos olvidamos por ejemplo de lo bien que se está una mañana de marzo al sol, lo calentito que uno está y como se evitan ls sombras como la peste. En otras palabras, el sol da luz, sí, pero también da calor. Y quizá es más fácil aprovechar el calor que la luz.

A día de hoy, esto cambió ya. Al hablar de solar, debemos distinguir varios tipos de tecnologías. De un lado está la termosolar, que aprovecha el calor. En esta categoría entra los calentadores de agua y sistemas de calefacción y, en países en desarrollo, los hornos solares:



Algo que a mi me resultó sorprendente al ir en tren por la China más rural es la cantidad de paneles termosolares que se ven instalados. Parece que allí es el sistema estandar de calefacción y agua caliente. Teniendo en cuenta que son 1.300 millones de personas, eso son unas cuantas centrales de carbón. Ni de lejos se ven en España tantas, pese a que ahora (¡por fin!) el código técnico de la edificación obligue a que un mínimo del 30% de las necesidades de agua caliente vengan cubiertas así (página 84). A ver si con el tiempo nos acercamos a China.

La otra gran familia de tencologías solares son las que se utilizan para generar electricidad. Dentro de ellas, están claramente los paneles solares fotovoltaicos cuyo principio de funcionamiento es aprovechar la corriente que la luz induce en los células fotovoltaicas. Su popularidad en España se debe, sobretodo, a las subvenciones y su caída a la modificación de estas.

Finalmente, empresas como Abengoa han apostado por las centrales solares de concentración. Aquí se trata de, a través de espejos, concentrar la luz (y con ella, el calor) del sol en un punto donde hay un líquido que, al calentarse, mueve una turbina. Es como un gran horno solar, de unos cuantos kilómetros de radio.

Resumiendo, hay muchos tipos de tecnología y unos están más maduros que otros. La tecnología solar, a diferencia de la eólica, está menos madura para generar electricdad pero tiene una ventaja clara en su capacidad de ser "reducida": por 60€ se puede comprar un panel solar en Tibet. Y eso aporta muchas horas de luz y de teléfono. Claramente, es la energía más adaptada de momento, para proveer de modo masivo con energía al mundo en desarrollo, bien sea como hornos solares (cocinar con carbón es bastante más sucio que hacerlo así), bien sea como proveedor de agua caliente, bien sea para proveer de unas cuantas horas de luz en la noche.

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Qué fue de los biocombustibles?

Hace cosa de un año largo, cuando el petróleo estaba en $140 por barril y antes de que la crisis llegara a España oficialmente, todo era biocombustimble por aquí, etanol por allí. Parecía que habíamos encontrado la piedra filosofal, capaz de convertir un simple grano de maíz en una poderosa fuente de energía.

Se puso el ejemplo de Brasil donde se decía, el 50% de los coches funcionan con etanol de azúcar de caña. George W. Bush lanzó a su país a una búsqueda desesperada de alternativas al petróleo y el máiz parecía perfecto: EE.UU. es un gran maizal. ¡Anda que como convirtamos a Iowa en la nueva Arabia Saudí!

Hasta que empezaron a surgir críticas: que si el maíz que se usaba en bioetanol incrementaba el hambre en el mundo, que si era un crimen contra la humanidad, que si el balance de CO2 no era tan positivo... Y, de repente, cayó el precio del petróleo, la economía hizo crack y pinchó la burbuja de biocombustible.

¿Cuánto había de razón y qué fue de ellos?

Alguna críticas eran muy razonables, pero la mayoría puede atribuirse al efecto de burbuja que a los biocombustibles en sí. Está claro que si alguien compra un bosque, lo tala y planta maíz (lo cual requiere fertilizantes, tractores, plantas de destilado de alcohol y transporte, agua...) seguramente, le hace un flaco favor al planeta. Y si México nacionaliza el maíz y pasa a ser gestionado por Pemex (aquí exagero), pues aumentará el hambre en el país.

Pero eso no quiere decir que los biocumbistibles sean malos. Si uno es capaz de convertir la hojarasca en alcohol, la situación es otra: aprovecharíamos algo que no se utiliza para nada y simplemente aceleraríamos su proceso de emisión de CO2. Pero el balance sería más bien neutro (aparte del destilado, transporte del combustible...). Eso son los biocombustibles de segunda generación.

Por un lado, la crisis ha tenido el efecto de parar la locura especulativa en este sector y pinchar la burbuja antes de que fuera muy grande. Esta presentación (en inglés) pinta el panorama en EE.UU.:


En España, el principal productor de biocombustible, Abengoa, se pegó un castañazo bursátil importante: su cotización cayó de un máximo de €33.84 (julio 2007) a €9.31 (Julio 2009), una bajada de 72% (más del doble que el IBEX) aunque últimamente ha remontado (debido, entre otras a su reorientación hacia menor dependencia del biocombustible).

La ciencia en España no necesita tijeras



Me adhiero a la iniciativa de Aldea Irreductible para protestarr por el tijeretazo a los presupuestos de I+D en España. Porque no podemos querer ser un país que cuente si gastamos tanto como Ucrania o Kazajstán. Poruqe el "que inventen ellos" caducó hace más de cien años. Porque el sol, la playa y la sangría están muy bien, pero son más baratos en Turquía. O en Croacia. O en Cuba. O en Marruecos.

Porque Gamesa sçolo hy una. Porque Isofotón la hemos mandado al carajo. Porque es prácticamente imposible emprender en España. Porque da vergüenza que los dos grandes inventos españoles sean la fregona y chupa-chups (lo del submarino o el autogiro, nadie lo sabe).

Porque el corto plazo no es enemigo del largo plazo. Porque da envidia ir por Europa y visitar sus museos nacionales con una impresionante sección de ciencia. Porque tenemos menos premios Nobel que Hungría, por decir algo.

Porque aquí, si no invierte el gobierno, apenas invierte el sector privado.

Porque estoy harto de tener que buscar curro fuera de España.

Por todo eso y mucho más, la ciencia en España no necesita tijeras.

lunes, 5 de octubre de 2009

Planes


A raíz del Protocolo de Kyoto, la mayoría de países firmantes adquirieron unos compromisos (que se incumplen sin sanción posible, todo sea dicho) de limitación de las emisiones de CO2 a la atmósfera. En el caso de España, en 2010 se le permitía aumentar un 15% las emisiones de CO2 respecto a las de 1990 (sí, ya véis cuán agresivos son los planes de reducción de emisiones) y ni eso somos capaces de cumplir. En 2008, emitimos un 42% más que en 1990, con una evolución nula de la intensidad energética (vamos, que seguimos gastando la misma energía que hace 20 años para producir una unidad de PIB).

Posteriormente, algunos países o regiones, decidieron tomar objetivos más agresivos y empezar a hacer parte de la guerra por su cuenta:
  • La UE lanzó el plan 20/20/20: en 2020, el 20% de la energía procederá de fuentes renovables y las emisiones de la UE serán un 20% menores a las de 1990.
  • China, en su Stimulus Package lanzó el plan de lograr un 15% de su electricidad de fuentes renovables (y los chinos incluyen la hidráulica en ello) en 2020. A pesar de las típicas trampas estadísticas (que tan bien hacen los chinos), es la primera vez que China adopta un compromiso con la reducción de emisiones.
  • EE.UU. se está pensando, discutiendo, debatiendo, argumentando, sobre si deberían de asumir compromisos o no.
Con estos planes, cada uno ha decidido hacer un poco la guerra por su cuenta. China, que no ha firmado el protocolo de Kyoto hasta que no lo haga EE.UU., ha visto una oportunidad de negocio en la industria de renovables, hasta entonces dominada por Europa. EE.UU. ha empezado a variar un poco su mentalidad cuando le ha afectado al bolsillo (la gasolina está a €0.50 el litro, ¡oh cielos!). Y Europa, sigue jugando este papel de "donneur des leçons" que tanto gusta en Francia (aunque también hubo quién ha hecho negocio).

Todo esto viene a cuento porque en 2012 el protocolo de Kyoto llega a su fin. Y nadie sabe muy bien qué pasará. Lo que sí parece claro es que ahora la sociedad está más sensibilizada, pero con su bolsillo. ¡Estamos en crisis! Y, ahora mismo, se requiere coraje para tomar decisiones que puedan afectar negativamente aunque sea a una sola empresa.


A mitad de diciembre se celebra en Copenhague la cumbre del clima de la ONU. Tengo pocas esperanzas de que salga algo positivo, ya que los intereses de cada país es altamente probable que prevalezcan. Y todos conocemos la fobia que tiene EE.UU. a comprometerse. Pero la pregunta que me hago es: ¿importa?

Hay factores importantes que explican porque esta cumbre puede ser una pérdida de tiempo. Por un lado, aún sigue el susto del precio del petróleo. Aunque estemos en recesión, el petróleo sigue caro (los $80/barril sigue estando en la franja alta) y nada hace pensar que vaya a bajar. Por otro, la inversión en renovables ha dado sus frutos y, actualemente, un kWh de eólica cuesta tanto como uno nuclear (unos 30 céntimos). Empieza a ser viable sin muchos subsidios y mejorando. En eólica almenos, se ha pasado el punto donde la industria es viable y potente.

Sin embargo, hay factores que explican porque esta cumbre debería de dar resultados. De entrada,  el desarrollo de renovables de momento, no está implicando el cierre de centrales térmicas. Así que, las emisiones no bajan en términos absloutos (aunque sí en relativos). Y, segundo, es un problema global: Europa sola no va a ningún lugar sin EE.UU., China, Canadá, Australia, India... No se puede pedir lo mismo a Europa que a China, pero ambos deben de estar en la pomada.

domingo, 4 de octubre de 2009

Mecanismos de reducción de CO2


Desde que hace 12 años, en Kioto se firmara el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU, mucho se ha hablado de la reducción de emisiones. Por lo general, ha habido dos grandes mecanismos gubernamentales para intentar reducir las emisiones (omito la presión pura y dura o el acoso):
  1. Creación de impuestos sobre las emisiones de carbono.
  2. Creación de un mercado de derechos de emisiones de carbono (cap and trade, en inglés).
Ambos tienen sus puntos a favor y sus inconvenientes. La creación de un impuesto sobre las emisiones (como recientemente ha hecho Francia) es, ante todo, de aplicación sencilla y es previsible. Tiene el incoveniente de su nula progresividad fiscal y que no limita la cantidad total de emisiones de manera directa (sí lo hace de manera indirecta).

La creación de mercados de derechos de emisiones se basa en limitar la cantidad total de emisiones posibles y, a partir de allí, que quien deba de emitir más, compre más derechos de emisión. Se trata de hacer que un elemento hasta ahora infinito esté limitado: es un mecanismo de restricción de la oferta, lo que crea un mercado. Y, si se supone que los mercados son eficientes, este mecanismo permite optimizar la reducción de emisiones: emite más quién menos puede reducirlas (o a quién le cuesta más dinero reducirlas).

Sin embargo, suponer que la creación de un mercado lleva a un mercado eficiente es soñar despierto. Ante todo, depende del gobierno y éste está sometido a presiones: p.ej., las aerolíneas o el coche privado están exentas del mercado europeo.

En la EU se ha creado dicho mecanismo (lo cual ha creado un reguero de empresas financieras asociadas: Evolution Markets, Brokers Carbon, una divisón de Essent Trading...) y ahora en los EE.UU. tienen un debate sobre si hay que hacer algo (parece que sí) y qué (dejo un link a favor de los mecanismos de"cap and trade").

Personalmente, no creo que haya una solución perfecta. Empezando porque conocer exactamente las emisiones de cada cual es difícil. Pero el meollo está en qué incentivos queremos dar a las empresas: ¿palo o zanahoria? En ambos casos, se trata de internalizar una externalidad, pero no se tiene en cuenta otros incentivos que se podrían utilizar (rebajas fiscales en las inversiones en reducción de emisiones, p.ej., aunque ahora no está el horno para bollos). Pese a su complejidad, me gusta el mecanismo de "cap and trade" siempre y cuando fuera más eficiente. En mi opinión, esto pasaría por independizarlo de los gobiernos (¿por qué no un banco central de emisiones? ¿quizá un banco europeo?) y encargar a dicho organismo una misión clara (como la del BCE, que es mantener la estabilidad de precios): "reducir las emisiones a XX toneladas en el año 2015".

No es una solución sencilla ni agradable para las empresas y los ciudadanos (que también deberían de incluirse). Pero nadie ha dicho que sea fácil. Requiere un esfuerzo.

sábado, 3 de octubre de 2009

¿Es el momento del coche eléctrico?

Jorge hizo un par de comentarios muy interesantes acerca del artículo sobre Better Place. Como los hizo en Facebook, no los podéis ver acá pero me parece que merecen una reflexión. Así que paso a resumirlos y comentarlos.

Uno de los comentarios que hace Jorge se refiere a la viabilidad teconológica y comercial de Better Place: "[...]conseguir baterías que no se degraden mucho es muy caro actualmente. Y claro, uno no querría ponerle a su coche una batería que ya ha perdido bastante capacidad de carga o que no tenga garantizada 100% la carga. Para eso tienes que a) usar baterías de una calidad que actualmente haría prohibitivo su uso en un sistema así, o b) deshechar las baterías cada pocos ciclos de carga (lo cual tb encarece). Y eso sin tener en cuenta la poca fiabilidad de los sistemas de medición de carga de una batería [...]". Ante esto, poco que añadir salvo que el mismo problema existe para todas las baterías y, en mi opinión, el hecho que las de Better Place sean remplazables mueve el problema de uno puramente tecnológico a uno comercial. Amplía el campo de juego y, en este caso, eso puede ser bueno.


Otro comentario de Jorge se refiere a si el coche eléctrico es realmente limpio y lo relaciona con el origen de la energía. Ahí si que no puedo estar más de acuerdo. Está claro que, si electrificamos el transporte para seguir produciendo la electricidad con carbón o petróleo, poco ganamos. Sin embargo, creo que ahora estamos atravesando un momento relativamente dulce para la energía limpia.
  • Según datos de REE, en España las centrales de ciclo combinado y renovables produjeron el 50% de la demanda y las renovables (eólica, solar y minihidráulica) suponen un 25% de la potencia instalada. 
  • Eurostat nos indica que el porcentaje de energías renovables en el mix eléctrico británico ha pasado de 1,9% a 5,1%; el alemán, de 4,3% a 15% (pequeña nota: estoy un poco confuso con los datos de Eurostat, ya que no dice qué entienden por renovables y, viendo algunos números, creo que incluyen hidráulica en las renovables, de ahí la variabilidad anual y la diferencia con los datos de REE).
En resumen, hay que andarse con cuidado para no pasar de la sartén a las brasas, pero quizá ahora sí sea un buen momento.

Para los que tienen tiempo, dejo un enlace al documental "Who killed the electric car?", haciendo referencia al EV1 de General Motors, lanzado en los 90. Aviso: es largo (1h30) y no es imparcial. Siento no poner el video aquí, pero no lo encuentro en youtube.

viernes, 2 de octubre de 2009

Better Place

Cuando se habla de nueva empresa, de emprendeduría (o empresarialidad, dependiendo del país: aún no tenemos una buena traducción para entrepreneurship) muchas veces se suele pensar en nuevos productos, en start-ups o .com. Sin embargo, la innovación puede venir por tres frentes: nuevo producto, nuevo mercado, nuevo modelo de negocio.

Innovar en uno de los tres ejes es difícil, en dos es de nota y en los tres, de quitarse el sombrero y aplaudir con ganas. Son muchas las incógnitas al emprender algo nuevo y, cuanto más novedoso, mayores son dichas incógnitas.

Better Place es una empresa de promoción del coche eléctrico. Fue fundada en 2007 por Shai Agassi, ex-directivo de SAP. Cuentan su objetivo en su vídeo corporativo:



A diferencia de muchos otros intentos de coche eléctrico, Better Place no pretende irrumpir con un modelo disruptivo. Su objetivo es mucho más modesto: simplemente, un nuevo producto. Mismo mercado, mismo modelo de negocio. Y, curiosamente, quizá eso sea lo disruptivo.

En muy breve, los coches de Better Place (fabricados por Renault) no deberán de enchufarse a la corriente durante horas para poder cargar la batería (¿os imagináis tener la gasolinera en casa y llenar el depósito gota a gota? Eso viene a ser lo que proponen los demás), sino que las baterías seran intercambiables. ¿Batería baja? No hay problema: se va a la "gasolinera" y, en 2 minutos, se tiene una batería nueva completamente cargada. La idea es tan simple que parece increíble que no lo haya pensado nadie antes.

Este modelo tiene claras ventajas respecto a lo que nos venden de enchufar el coche en casa o la calle: la autonomía está limitada por la red de estaciones de servicio, la carga es rápida y, sobretodo, requiere mucho menos desarrollo de nuevos productos (no hay que hacer cargadores caseros de alta velocidad, p.ej.). Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: la cantidad de baterías a fabricar es mucho mayor (aunque pueden ser más pequeñas y, por tanto más ligeras ya que la autonomía no va únicamente ligada a su capacidad) y, sobretodo, hay que desarrollar la red de estaciones de servicio.

Como mandan los cánones de empresarialidad, Better Place ha optado por probar su producto en un mercado pequeño (Israel) y que cumple una serie de características: es un mercado cerrado (los coches israelíes no salen del país) y es muy abierto a este tipo de innovaciones. El gran reto será, como en la mayoría de start-ups, escalarlo hacia un tamaño mayor.

Pero tiene muy buena pinta.

Dejo de propina el TED Talk de Shai Agassi sobre su idea (son 18 minutos):

jueves, 1 de octubre de 2009

Al hilo del post anterior

Propósito del blog

Sí, el mundo no se ha acabado, la crisis no ha sido el final del capitalismo tal como lo conocemos, los banqueros vuelven a tener bonus de 6 dígitos... y, sin embargo algo sí está cambiando.

Hoy la República Popular de China cumple 60 años. En 1978, el PIB de China representaba menos de un 2% del PIB mundial y el año pasado, cerca de un 6%. La población china es un 20% de la mundial, así que es razonable pensar que su PIB rozará el 20% del mundial. ¿De verdad pueden seguir el mismo modelo que ha seguido occidente?

Como muestra, un pequeño botón. En este gráfico, podéis ver la evolución de las emisiones de CO2 de China, España, EE.UU. e India. Ved como China no para de emitir más y más hasta el punto de rebasar a EE.UU. Como, además la intensidad energética China, a pesar de haberse reducido respecto a hace 30 años sigue siendo muy alta, China va a emitir más y más a no ser que cambie su modelo. Y cuando digo China, digo todos.

En este blog quiero hablar de energía limpia, de lo que se está haciendo y lo que se cuece. A pesar de ser ingeniero y gustarme la tecnología, en este blog no nos meteremos mucho en ella y, caso de hacerlo, será el mínimo imprescindible. El propósito no es tampoco que esto sea un blog ecologista: estoy convencido que la manera de cambiar esto es poniendo dinero detrás, así que intentaremos seguir el dinero. Y, sí, habrá opinión.

Espero que os guste.