El dinamismo económíco se basa en la confianza. Si tu me quieres vender un coche usado y yo no me fio de ti como vendedor, querré probarlo, que lo inspeccione un amigo que sepa de mecánica, pediré garantías (pagar si el coche sigue funcionando a los 6 meses, a los 12...) y, por lo general, tendré esa sensación de que quizá me estás timando. De la misma forma, si no te fías de mi como comprador, me pedirás pagar en efectivo, por adelantado, inspeccionarás los billetes y quizá contrarás a alguien para que me dé una paliza si resulta que los billetes son falsos. En cualquier caso, será una transacción difícil.
Aparte del conocimiento personal, uno de los mejores mecanismos que se han inventado para dar confianza son las instituciones independientes. Si yo voy al vendedor del coche con un cheque de banca, ya no tiene que fiarse de mí, sino del banco. Si él se fía del banco (y es más fácil confiar en un banco que basa su negocio en vender confianza que en un individuo que te puede timar puesto que no te va a volver a ver más), como el banco se fía de mi, puede confiar en mi. Los bancos, el gobierno, las universidades, las aseguradoras... todas ellas son instituciones que dan confianza. Y tienen un rol básico en la economía.
De la misma manera, una empresa no emprende una inversión si no tiene una cierta confianza en el futuro. El carnicero no comprará una cámara frigorífica nueva si cree que de aquí a 3 meses, quebrará la carnicería. El constructor no comprará una grúa si cree que en un año no va a haber obras. La aerolínea no comprará nuevos aviones si cree que en 2 años, el gobierno le va a obligar a regalar los billetes a los ciudadanos rubios (por poner una medida arbitraria).
En general, la predictibilidad y la consistencia en los incentivos son básicos para bajar el riesgo y que haya más gente que ose invertir, comprar o gastar. Bien, parece que en España al legislador no le bastó con que el ejecutivo se cargara la solar fotovoltaica que ahora la han vuelto a liar parda. Y claro, la industria se molesta y se defiende.
No nos basta con tener una crisis que va a ser más larga que el resto de Europa, sino que además parecemos querer ahondarla.
Otro tema es, claro, cuán sostenible es una industria que basa su viabilidad en las subvenciones.
sábado, 10 de octubre de 2009
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