martes, 8 de diciembre de 2009

Precisión tonta

Una tonelada de CO2 cotiene 1,3*10^28 moléculas de CO2 (esto es un 1,3 seguido de 28 ceros). Vamos, un montón. Una tonelada de carbono contiene 5*10^29 moléculas, otro montón. Mayor. Concretamente, 3,6 veces más moléculas (bueno, átomos en este caso).

¿A qué viene esto?

Nada, es que muchas veces se habla de toneladas de carbono o toneladas de CO2 como si fueran lo mismo. No, una tonelada de CO2 contiene 272 kg de carbono.

No nos confundamos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Preferimos un mal acuerdo a una ausencia de acuerdo o al revés?

Anchoring es un término inglés que se debería de traducir por anclaje, aunque aún no esté en el diccionario de la RAE. En psicología, se refiere a la importancia desmedida que solemos darle a ciertos eventos. Por ejemplo, cuando uno negocia el precio de compra de una casa, siempre se parte del precio incial y se intenta rebajar. En este sentido, se dice que el primer precio actúa de ancla (podríamos negociar desde cero, p.ej., pero no lo hacemos).

A la hora de analizar la historia o incluso la actualidad, uno debe de tener consciencia de este sesgo cognitivo. Es decir, de lo que todos hacemos sin darnos cuenta. Por ejemplo, la consitutición europea actúo como punto de anclaje. Todo lo demás se define en comparación a la constitución europea, se rebaja o se amplía, pero seguimos anclados en el mismo modelo mental.


Estos últimos días, con razón de la cumbre de Copenhagen, he leído opiniones a favor y en contra de un acuerdo. Vamos por partes. El titular de hoy de El Pais es tremendo: Uno de los científicos del clima más destacados prefiere que la cumbre de Copenhague fracase. En él se dice que James Hansen, un físico de la NASA, muestra su preferencia por una ausencia de acuerdo antes que por un mal acuerdo. Para él, los parámetros en que se mueve la discusión son realmente escasos y cree que una ausencia de acuerdo puede tener el efecto de cambiar el paradigma. Considera que COP15 va en la mísma línea que Kyoto y que va a tener la misma eficacia (demasiado baja, a su entender).

Por otro lado, en Technology Review, leo como economistas de Columbia se muestran favorables a un acuerdo, cualquiera, por la certitud que daría. Porque serviría de punto de anclaje focal a muchas iniciativas. El artículo cita el ejemplo de Vestas, que está estudiando ampliar su capacidad de I+D y la condiciona a un acuerdo.

Ciertamente, ambos llevan su parte de razón. Caso de llegar a un acuerdo, Copenhagen no va a cambiar el modelo de Kyoto de manera sustancial. Sin emabrgo, si no se llega a un acuerdo, ¿será posible algo a posteriori? Un acuerdo daría una poderosa señal de voluntad conjunta de actuar, aunque fuera aguada. Ciertamente, complejo.

En mi caso, yo soy más de la sabiduría popular, "más vale pájaro en mano". Para mi, un acuerdo aunque sea malo, es mejor que nada. Actuaría como un faro y punto de referencia para señalar el cambio climático como un problema importante y al que hay que poner coto. Y establecería un marco de referencia. Si se firma, en 10 años, en EE.UU. tendrán con qué comparar sus emisiones de CO2 y de qué avergonzarse. Si no hay acuerdo, esto no sucederá y puede que la presión mediática se diluya como un azucarillo.

Claro que preferiria un acuerdo valiente y agresivo. Pero como ésto no es posible, prefiero un acuerdo mediocre a la falta de acuerdo. Me parece peor alternativa e incluso un poco iluso pensar que se podrá llegar a un mejor acuerdo en 2010 o 2011.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Eficiencia energética

Hoy estuve en una charla de Alstom, con su Vicepresidenta de política energética y media ambiente (perdí el papel con su nombre :(). En respuesta una de las preguntas que le hicieron, comentó algo que me sorprendió, me gustó y me hizo pensar.

Hay una correlación importante entre PIB y consumo energético. Supongamos que conseguimos ahorrar 10€ al mes al aislar mejor nuestra casa y así no consumir tanta energía. Esos 10€ se van a gastar en algo que, para producirse, consume energía. Así pues, el ahorro queda diluido (o elminado, según en qué gastemos).

¿Cómo lo resolvemos?

domingo, 29 de noviembre de 2009

Pre COP-15

El próximo 7 de Diciembre empieza el show del COP15 (show lo digo porque la cumbre no es más que una escenificación de los acuerdos o desacuerdos) que tendrá, un impacto en las emisiones de CO2. Aunque sea por el demagógico argumento que va a volar un mogollón de gente.

Hae poco ha habido un montón de anuncios relativos a la reducción de emisiones:
Y sigue.

Todo esto me cansa ya un poco. Este es un problema clásico de teoría de juegos para el que no hay una buena solución: free-rider. O en román paladino, el polizón.

Asumamos que en el mercado de oceite de oliva hay 5 empresas y que se ha visto que por cada euro que se gasta la indústria en anunciar aceite de oliva, se obtienen unos ingresos extra de 3 euros que se reparten a partes iguales entre las 5 empresas. Fantástico, ¿no? Un retorno sobre inversión de 300% suena maravilloso. Sin embargo, si lo pensamos un poco veremos que nadie invertirá.

Pongamos que el coste para la empresa A es de 1 millón. Si todos invierten 1 millón, cada empresa tiene un beneficio extra de 3 millones (ingresos adicionales) -1 millón (gasto) = 2 millones. Sin embargo, si sólo invierte la empresa A, el retorno es de 3/5 millones (ingresos adicionales de la indústria, repartidos entre los 5 actores) - 1 millón = pérdida de 400.000€. Así, si sólo invierte ella no sale rentable, le interesa que inviertan mínimo 2 empresas. Ahora bien, si todas las empresas invierten y la empresa A no, el beneficio es de 12/5 millones = 2,4 M€. Claramente, la empresa A no invertirá. Si invierten él solo, pierde dinero. Si invierten todos, gana 2. Si invierten todos menos ella, gana 2,4. Esto se traduce en que ninguna empresa invertirá (para los que quieran detalles técnicos, este punto es el único equilibrio de Nash de este juego, sí el mismo JohnNash de Una mente maravillosa).

Con la reducción de carbono pasa lo mismo. Un país sólo se comprometerá a reducir emisiones si todos los países lo hacen, puesto que entonces el beneficio de reducir las emisiones (parar el cambio climático) es mayor a su coste (¿frenar el desarrollo económico?). Pero a pesar de todo, si todos los países lo hacen, los incentivos para engañar son grandes: se recoge la mayor parte del beneficio sin incurrir en sus costes.

El ejemplo industrial ha tenido algo de solución en las asociaciones sectoriales y cámaras de comercio. Son ellas las que hacen los anuncios, a menudo, con los fondos de sus asociados (pensad en todas las campañas de promoción de los beneficios del aceite de oliva). En el caso de los países, la "asociación sectorial" es la ONU. Y se está intentando hacer.

Pero esto sólo funciona si hay capacidad de castigar al infractor.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Cap&Trade vs Impuestos

Ya hemos hablado alguna vez de las diferencias entre los sistemas de reducción de emisiones basados en cap&trade y los basados en impuestos. Hoy Tim Harford escribe sobre ello en el Financial Times. No aporta nada nuevo, pero hace un buen resumen/simplificación.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Captura de carbono

Hoy hablan en El País de que Noruega está contruyendo una planta de captura de CO2 de manera industrial. Creo que es una buena noticia.

Como dice Peter Tertzakian en sus libros y en charlas, vivimos en un mundo de "obesos energéticos". Consumimos un montón de energía inútil (calefacción y ventanas abiertas, aire acondicionado y jersey, coches que tragan gasolina como Spurling Mortlock patatas fritas...). Hasta ahora hemos estado mirando al lado del suministro para reducir nuestras emisiones de CO2: renovables, captura de carbono... Sin embargo, si queremos reducir las emisiones quizá hay que plantearse cambiar el comportamiento de la demanda. En resumidas cuentas, consumir menos.

Pero esto difícilmente va a pasar. La gente no cambia de hábitos fácilmente. O no lo hace en absoluto a no ser que haya unos incentivos muy fuertes para ello (multas, precios exorbitantes, descuentos para mejorar la eficiencia...). Personalmente, soy escéptico de que los hábitos cambien lo suficientemente rápido para reducir las emisiones de carbono en un plazo razonable.

Es por ello que creo que cualquier iniciativa del lado de la oferta de energía que contribuya a reducir las emisiones, es una buena iniciativa. Sin embargo, la captura de carbono no es la panacea. Una vez tenemos el carbono capturado, ¿qué hacemos con él?

la tecnología para

domingo, 15 de noviembre de 2009

Incentivos

Cuando se junta gente del sector energético a hablar sobre el futuro, uno de los temas que siempre salen es el del ahorro energético. En inglés le llaman "negawatts" a la energía que podriamos obtener con mayor eficiencia energética (y creedme que hay sitio, el agujero de 2mm en mi ventana es un sumidero).

A pesar de reconocer el enorme derroche energético actual, no parece que la eficiencia avance a marchas forzadas. Veo un problema clarísimo de incentivos: Repsol vende petróleo y cuanto más venda, más dinero gana. ¿Eficiencia? Menos ingresos. Lo mismo se puede decir de la mayoría de empresas del sector energético actual.

Iberdrola es una empresa que se ha pintado de verde: ha sacado su filial de renovables a bolsa (ganando, de paso, visibilidad), sus logos son verdes, patrocinan regatas y eventos "verdes"... Sin embargo, se nos descuelga con esto:


Regalan gas. La teoría microeconómica (y el sentido común) dice que esto debería de aumentar el consumo, lo cual no parece muy verde. Se puede alegar que el gas es menos malo que el petróleo, pero este anuncio va dirigido a casas particulares sin condición de que eso remplace una caldera de gasóleo, p.ej.

Una de las evoluciones naturales de la industria (de muchas industrias) es pasar de ofrecer productos a ofrecer servicios. Por ejemplo, IBM ha pasado de vender PCs a servicios de IT. En esta transición, a IBM ya le da igual que sus clientes compren más o menos ordenadores. Lo que le interesa es que el servicio funcione a la perfección, tenga bajo coste y alto precio. IBM tiene ahora un incentivo para reducir el derroche y mejorar la eficiencia.

La indústria energética sigue en el modelo de vender productos: megavatios*hora, en este caso. No veo en un futuro a Repsol vendiendo "transportamos tu coche 100km por 6€". Quizá se impone una evolución de la industria.

viernes, 13 de noviembre de 2009

London Global Energy Summit

Ayer estuve en el London Global Energy Summit, donde varios popes de la industria energética dieron sus puntos de vista sobre el futuro de la industria. Hay bastante que comentar, así que esto puede dar para varios posts.

Sobre el evento, bien organizado, con cancelaciones de última hora que fueron excelentemente remplazadas... Un sobresaliente para la organización (el que sean compañeros del máster no influye :) ) aunque quizá sí se hizo una sesión un poco larga. Hubo 2 keynote speakers y 3 paneles y, al final del día, uno acababa cansado. Se hubiera agradecido que los paneles fueran un poco menos uniformes (en cada panel, los panelistas parecían estar de acuerdo entre sí y en completa contradicción con los anteriores) y que se hubiera generado más debate que siempre es sano. Y en un país como Inglaterra, además suele ser sereno.

A grandes rasgos: la industria petrolera va a seguir con "business as usual" (a pesar de que dicen lo contrario, no veo el cambio), todo el mundo pregona el ahorro energético como la gran "reserva de energía" e Inglaterra sigue siendo un país de sorpresas (¡hay quién implementa solar aquí! ¡En Inglaterra!).

Por cierto, cosa curiosa del evento. Esta es la foto de su web:

y éste es el prospecto del evento.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Eólica "la nuit"

El domingo en la madrugada, el viento produjo el 53% de la energía consumida en España. A pesar de que sea en horas de bajo consumo, no deja de parecerme impresionante. Hay que tener en cuenta una serie de factores que explican, por un lado, porqué se produjo tanta energía eólica y, por otro, porqué es tan impresionante.

En la lista de factores que explican porqué se produjo tanta los 2 obvios son, claro está, un temporal de viento y una gran capacidad instalada. España tiene (datos de 2008) unos 16 GW de potencia eólica instalada, lo cual equivale a unos 10,000 molinos de viento de los actuales (o, unas 16 centrales nucleares). Mucha capacidad que, cuando se aprovecha con un viento generalizado, puede producir mucha energía como se vió el otro día.

Otros factores clave en este pico de producción son, de una parte la regulación del mercado eléctrico y, por otro, la red y la gestión que se hace de ella. Por parte del regulador, como ya contamos, se priorizan las energías con menor coste marginal: es decir, primero utilizamos lo que no nos cuesta nada más (una vez instalada la turbina, que gire o no, no cuesta nada) y luego, lo que cuesta más. Este sistema también favorece a los productores (salvo por las primas de renovables y por los sistemas que no se pueden parar fácilmente, como nucleares, que introducen una cierta distorsión).

Por parte de la gestión de red, hay que quitarse el sombrero (y aquí es donde aparecen los factores asombrosos). Las energías renovables son menos predecibles que el resto (nadie sabe exactamente cuánto va a soplar el viento, pero sí se puede saber cuanto gas hay que quemar) lo cual hace que haya que, por un lado, tener un buen sistema de previsión meteorológica y, por otro, una red capaz de ser muy reactiva.

Por otro lado, hay una serie de plantas de generación que no se pueden desconectar fácilmente (centrales de carbón, nucleares...) y otroas que tardan unas horas. Esto hace que, cuando hay un pico de producción eólica algo hay que hacer. La solución fácil es parar los molinos de viento, "desenchufarlos". Otra solución es tener un mercado mayor (la UE en vez de sólo España), pero España solo tiene capacidad de exportar un 3% de su energía. Una tercera opción es almacenar la energía, pero salvo con las hidráulicas de bombeo, de momento, no hay un sistema barato de almacenamiento masivo (España aprovechó un poco de esa energía para almacenarla). 

Lo que REE hizo fue: buena previsión de la demanda y de la capacidad de generción eólica, desconectar todo lo fósil desconectable (el paro de Ascó ayudó), exportar todo lo posible, almacenar al máximo y, sólo en un caso extremo, desconectar unos cuantos molinos de viento.

De quitarse el sombrero.

Sin embargo, quedan retos: aumentar la capacidad de almacenamiento (sin hacer más presas no es fácil, por eso se piensa que el coche elétrico, con su despliegue masivo de baterías puede ayudar), la capacidad de exportación (y las líneas de alta tensión no gustan a los vecinos) y mejorar la predictibilidad de las renovables. Nada fácil.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Electrodomésticos CC

Estos días estuve investigando un poco sobre los sistemas solares aislados (ie, que no vierten corriente a la red) para alimentar una nevera. La gente de Aragón tienen una buena página introductoria. A pesar de que es eviente, no había caído en que los sistemas solares generan corriente continua y que hay que comprar un inversor para pasarla a alterna y utilizar cualquier electrodoméstico de consumo.

Todo esto me llevó a acordarme de las guerras de corrientes (recomiendo el enlace en inglés) entre Edison (GE) y Tesla (Westinghouse) a finales del s. XIX. Entre otras cosas, para demostrar la peligrosidad de la corriente alterna (de Tesla), Edison inventó la silla eléctrica y frió a un elefante. Todo un motivo de orgullo para la tecnología.

Bueno, a lo que iba, que los sistemas solares generan corriente continua y, utilizar alterna requiere de un coste adicional. Curiosamente, al mismo tiempo, muchos de los aparatos de uso habitual funcionan en corriente continua internamente (PC, impresora, TV...) lo cual requiere de una fuente de alimentación interna. Doble costo.

Veo ahí una posible oportunidad de reducción de costes para un mercado de nicho: ¿emepzaremos a ver más electrodomésticos con entrada de 12V? Pongamos el caso de un fabricante de TV para países emergentes (África, p.ej.) donde el suministro eléctrico no está garantizado y, a menudo, la TV se alimenta por placas solares (y cuando digo TV, digo teléfono móvil, nevera...). Parece lógico que la TV directamente reciba la CC sin tener que pasar por 2 etapas de conversión que lo único que hacen es consumir un bien (electricidad) escaso.

En el caso del sistema del cual os hablaba al principio, optar por una nevera diseñada para un barco, es decir de CC, permite ahorrat 150€ del inversor. Pero hay que la gama de neveras CC es pequeña. Para que salga por un precio razonable, hay que recurrir a suministradores chinos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Reducción de las emisiones de los automóviles


El sector del automóvil está ahora mismo en el punto de mira de todos los esfuerzos en reducir las emisiones de carbono (tema aparte es porque nos enfocamos sólo en carbono, omitiendo el resto de contaminantes). La gran tendencia que hay ahora mismo es la electrificación del coche con iniciativas como Tesla, el Volt o los diferentes coches híbridos.
Sin embargo, esto no debes de hacernos olvidar que, para electrificar el coche, hay que superar una serie de barreras tecnológicas muy importantes: autonomía de las baterías, peso, tiempo de recarga... Se requiere un gran cambio de paradigma para que el coche eléctrico se venda en masa.
Hay, sin embargo, otras iniciativas de menor perfil que la pura electrificación del coche:
  • Reducción de peso en el coche. Para simplificar, digamos que un coche pesa cerca de una tonelada y un pasajero (grueso), 100 kilos. Esto quiere decir que, en un coche sin ningún extra (radio, A/C, luces...) sólo un 9% de la energía se utiliza para mover al conductor. Un 9% de eficiencia no es mucho que digamos.
    La utlización de materiales composite y de motores más pequeños puede aligerar los coches sin perder robustez o seguridad.
  • Mejora de los motores a bajas revoluciones. Actualmente, los motores están diseñados para un régimen de carretera y, en su mayoría, en uso urbano consumen mucho más de lo necesario para tener aceleración a bajas revoluciones. Sistemas mejorados de inyección pueden mejorar el motor a bajas revoluciones. Por ejemplo (lo siento, no tengo cita, es una fuente de la empresa), Ford está en proceso de industrializar la producción de un motor de 1l con prestaciones (potencia) de 1.6l, lo que supone un potencial ahorro de 38% de combustible.
  • Motores híbridos no eléctricos. A pesar de que los motores híbridos actuales (como el del Prius) parecen ser la tendencia dominante (con los híbridos enchufables como tendencia emergente), otra opción en la que están trabajando otros fabricantes menores (ya usada en camiones) son los motores híbridos con aire comprimido.
Seguramente, hay bastantes más, pero ahora mismo no las tengo en el radar. A pesar de todo el ruido con los coches elétricos, en las previsiones más optimistas, éstos no supondrán más de un 10% el parque automovolístico en 2020.  Así que, a pesar de que pueda ser una muy buena tecnología, la reducción de emisiones pasa por seguir evolucionando los motores y coches de gasolina/gasóleo hacia mejora de la eficienca para transportar un pasajero.

Eso sin olvidar posibilidades de cambiar completamente el paradigma del mercado. Es posible que el mercado se segmente aún más (coches puramente urbanos, para una o dos personas, aumento del carsharing...) y se proporcione a cada tipo de usuario "su" coche, adaptado a su tipo de conducción.

En cualquier caso, un sector en un momento muy atractivo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

¿Qué haran las petroleras en 40 años?


Salía ayer en Financial Times un suplemento especial sobre el futuro de la energía. El suplemento hace un somero repaso a varios de los implicados: países emergentes (China y su posible revolución verde, Brasil y su nuevo petróleo), nucleares y renovables, sutomoción y aviación...

Uno de los temas latentes en este suplemento y en muchas de las discusiones acerca del futuro de la energía es la electrificación. Porcentualmente, el pétroleo y gas van a representar cada vez una parte menor del mix energético y la electricidad (generada por diferentes medios), una parte mayor. En esto parece haber consenso. No hay consenso en si el petróleo y el gas van a disminuir en términos abslutos, sin embargo.

Uno de los factores que impulsan la electrificación es la reducción de emisiones. Es más fácil reducir las emisiones de generación de electricidad (captura de carbono, generación por medios renovables, nucleares...) que las emisiones generadas durante la combustión de petróleo.

Todo esto me lleva a pensar que las empresas petrolíferas están en una situación ciertamente complicada: tienen que decidir qué van a ser dentro de 40 años. Seguramente, tienen que estar considerando un escenario donde las emisiones se han reducido en un 90% lo cual quiere decir coches eléctricos, p.ej. y una mucho menor demanda de petróleo "retail". Empresas como Shell, BP, Repsol o Total tendrán que cambiar drásticamente su modelo de negocio. ¿Seguirán siendo empresas verticalmente integradas de upstream y downstream? ¿Se convertirán en empresas de distribución de energía al detalle? ¿Se especializarán en la producción de productos químicos o combustibles? ¿Un mercado de nicho (un nicho enorme, pero menor que el actual)?

Tras una apuesta por el solar (BP, p.ej.) quebrada por la crisis y el cambio de CEO de BP, parece que la mayoría ahora están apostando por biocombustibles de segunda generación (apuesta baja, de momento). Parece razonable, pero me pregunto si no es simplemente una estrategia de transición (al fin y al cabo, quemar etanol también libera CO2). Alguien debería de estar pensando en el muy largo plazo.

martes, 3 de noviembre de 2009

¿Seguimos faenando en Gran Sol?


Leí hoy en el Economist un artículo que habla, tangencialmente, del consumo de combustible ligado a la pesca. A pesar de ser un sector aparentmente pequeño, consume el 1.2% del fuel y está fuertemente subvencionado. Siendo como soy aficionado a la vela, voy a intentar evitar todo sarcasmo o chiste fácil.

Parece claro que estamos ante un caso más de un sector económicamente ineficiente (como la minería en Espña, p.ej.) pero que, por razones sociales, está fuertemente subvencionado. Nadie quiere dejar de comer pescado y todavía no hemos pasado de la caza y recolección a la doma de los peces. Así que hemos puesto a nuestra tecnología a recoger pescado.

Este artículo nos vuelve a enfrentar con la asunción de nuestras responsabilidades (accountability, en inglés). Aunque la pesca no es por donde hay que empezar (la construcción, en su sentido más amplio consume mucho más), es complicado subvencionar la pesca y, al mismo tiempo, querer reducir las emisiones de combustibles fósiles.

Me planteo qué es razonable esperar. Un 1,2% no parece mucho, pero está claro que si el objetivo de reducir en un 90% las emisiones en la UE en 2050 se quiere lograr, ahí también habrá que meter tijera. No creo que haya una tecnología ahora mismo dispuesta a sustituir al gasóleo como sistema motriz de los barcos, así que quizá habrá que ir empezando a pensar en algo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Bio-keroseno


El otro día hablaba con la gente de Rolls-Royce en un foro de empleo. Parte de su mensaje es que están comprometidos con el medio ambiente y, para ello, utilizaron el ejemplo del vuelo de hace ya un año de Air New Zealand con biocombustibles.

Una de las cosas que se viene comentando sobre las limitaciones del protocolo de Kyoto es que no incluye las emisiones del transporte aéreo y que éste es uno de los emisores de CO2 que más está creciendo.

Así pues hay una plétora de iniciativas intentando reducir el impacto ambiental del transporte aéreo. La emisión de CO2 no es la única fuente de gases con efecto hivernadero en los aviones, más aún cuándo éstos son emitidos a tanta altitud (aunque lo de las estelas, no acaba de estar claro). Hay iniciativas japonesas (pedir a los clientes que orinen antes de volar para así cargar menos peso), de gestión aeroportuaria (acortar rutas, evitar que los aviones tengan que esperar turn para aterrizar...) y en los propios aviones.

Sin embargo, me parece curioso que con lo que se oyó hablar del avión con biocombustible, no se haya vuelto a saber más. ¿Acaso la prueba no fue todo lo bien que se esperaba? ¿Era un vuelo muy experiemental y se está procediendo a más pruebas y a un desarrollo comercial del combustible?

Me temo que los biocmbustibles de segunda generación (los que se hacen con materiales no comestibles) no acaban de estar del todo listos (cultivar algas es un poco problemático, aún no hay agricultores submarinistas) y menos, para una producción en masa. Por otro lado, hay que ver si es necesaria alguna modificación en los motores: si esto fuera así, es difícil que se implante el biofuel al requerir una inversión importante.

Sin embargo, empezar por los aviones tiene una ventaja: es un entorno muy controlado y, relativamente pequeño. No debe de haber más de 3.000 aeropuertos de pasajeros en el mundo. Me pregunto cuantas gasolineras hay en el mundo.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Tasa de carbono

Ayer estaba tomando un excelente chocolate con mi amigo Xavier, cosa que aquí en Londres no es fácil (cafetería italiana un poco más arriba del metro de Leicester Square). Xavier es alguien con quien siempre merece la pena tener una charla sobre prácticamente cualquier tema y, especialmente de economía y política (por algo es doctor en economía y curra en la tesorería británica).

Mientras arreglábamos el mundo y disfrutábamos de un chocolate que se come con cucharilla y no se bebe, Xavier empezó a hablar de como cree que debería de ser la fiscalidad. Idealmente, los impuestos deberían de servir para desincentivar comportamientos con externalidades negativas más que tasar los bienes (el estado deberia de financiarse a base de efectuar actividades de valor añadido). En este sentido, una tasa de carbono sería ideal (quien contamina, paga). Lo cual nos devuelve al debate de tasa vs "cap and trade".

Sin embargo, hay un argumento muy fuerte en contra de un impuesto así. Y que casi siempre es negligido. Idealmente, se quiere desincentivar la actividad que provoca una externalidad negativa hasta el punto que desaparezca. Sin embargo, una vez se crea un impuesto se crea un caudal de dinero al cual no es fácil renunciar. Y tenemos el mismo problema de que los impuestos del tabaco financian la sanidad. Si nadie fuma, no hay dinero. Sin embargo, no queremos que nadie fume.

El evitar un sistema de incentivos perversos es otro argumento más a favor del sistema de "cap and trade".

lunes, 26 de octubre de 2009

Mercado eléctrico


Hoy tuve el placer de escuchar a Isaac Tabor de Ibrerdrola en una charla sobre "Real Options in Energy Production". No voy a contaros los detalles porque implican cosas cuya base teórica no entiendo (opciones financieras) y porque se escapa de lo que quiero que sea este blog.

Pero sí contó en cuatro palabras como funciona el mercado eléctrico español. Esencialmente, la electricidad es una commodity con unas características que la hacen especiales, la mayor de las cuales es la incapacidad para almacenarla de manera masiva. Toda la electricidad que se produce debe de ser consumida en el mismo segundo en que se produce.

Esencialmente, la electricidad se compra y vende en un mercado eléctrico (el MIBEL) que no es ni más ni menos que como los demás mercados dinancieros. Por un lado están los demandantes de electricidad (compañías distribuidoras de electricidad - Iberdrola Distribución, p.ej.) que venden esta electricidad a los consumidores finales y deben de aprovisionarse en el mercado eléctrico. Éstos deben de estimar la demanda en una determinada franja horaria y comprar dicha electricidad al mercado. Por otro lado, los ofertantes de electricidad (Iberdrola Generación, las diferentes nucleares...) ofrecen la electricidad al mercado para una determinada franja horaria.

Este sistema hace que, en teoría, los proveedores con un menor coste marginal (p.ej., los eólicos, ya que el viento es gratuito) consigan vender siempre su producción, mientras que los de coste marginal más elevado lo tengan más difícil. Sin embargo, es difícil parar una nuclear, así que esto añade otra complicación. Una central hidroeléctrica puede abrir el grifo cuando quiera y generar más o menos electricidad, una central de ciclo combinado tarda unos 30 minutos en arrancar una turbina de gas, pero una central de carbono no se puede para fácilmente, el viento sopla cuando quiere...

Todo bastante complejo y, afortunadamente, bastante transparente para el usuario final que tiene la tarifa regulada. Y eso crea el déficit tarifario, pero de eso ya hablaremos en otro día.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Inversión a largo plazo

Steve Levitt y Stephen Dubner consiguieron fama mundial gracias al libro Freakonomics, donde se explicaban resultados de las investigaciones de Levitt. Resumiendo enormenente, Levitt aplica técnicas económicas al análisis de lo que, en principio, nada tiene que ver con la economía: la relación entre el aborto y la criminalidad es quizá la más conocida, pero hay otra que a mi me hace mucha gracia que es intentar decirle a un futbolsta hacia donde tiene que chutar un penal para maximizar la probabilidad de meterlo (2/3 hacia su lado fuerte y 1/3 hacia el lado más débil).

Anteayer salió publicado un segundo libro de lo que parece será una franquicia, Superfreakonomics. El último capítulo trata del cambio climático y ha levantado cierta polémica. Desde los altares fundamentalistas se les acusa de negacionistas del cambio climático y de estar mal informados, cosa que ellos han negado en su blog.

Todo est tuvo una consecuencia positiva, para mí. Se ha hablado bastante de cambio climático en dicho blog últimamente. Ayer publicaron un post muy intresante sobre los posibles efectos del despliegue masivo de granjas solares. El mensaje no es nada nuevo: las granjas solares serán buenas a largo plazo, pero van a ser muy caras (en términs monetarios y de emisiones de carbono) a corto plazo.

Volvemos a tener planteado un dilema clásico entre los efectos a largo plazo y a corto plazo (problema clásico de finanzas por cierto, entre proyectos con un NPV positivo y una inversión enorme y proyectos con menos inversión y menor NPV). Esto me recuerda a la noticia que apereció ayer en FT, según la cual "los países desarrollados quieren reducir sus emisiones un 80% en 2050". La crítica obvia (y que se hace en la propia noticia) es que 2050 es tan lejos que es como no comprometerse a nada. Pero hay otra menos obvia, y es el coste que tiene reducir tanto las emisiones en este plazo.

A día de hoy, la mejor manera de reducir emisiones, es reducir el consumo y eso no parece que vaya a suceser pronto. Podemos mejorar la eficiencia y ahorrar, pero eso no llega ni de lejos al 80%. Habrá que invertir en desarrollar sistemas que consuman menos energía y, sobretodo, habrá que desplegar de manera masiva nuevas fuentes de energía. Y eso va a ser caro y va a aumentar las emisiones a corto plazo (porque bien se tienen que producir los molinos de viento y eso requiere energía). Para llegar al target de 80% en 2050 habrá que hacer un despliegue masivo de nuevas tecnologías y no se van a "autofinanciar" (ie, el carbono que neceistamos para producir los paneles solares necesarios en 2020 no va a venir sólo de los paneles ya instalados).

En definitiva, estamos ante un problema complejo cuya solución requiere menos dogmatismo del necesario. Sí, las renovables nos dan un futuro sin carbono, pero un presente donde las emisiones van a tener que aumentar.

viernes, 16 de octubre de 2009

Sabiduría de los abuelos

Dice mi abuela que "no es más rico quién más tiene sino quién menos necesita". Parece que según la AIE, en España somos muy pobres.

Publica hoy El País un artículo sobre como España apenas ha adptado el 10% de las medidas de ahorro energético que se acordaron en el G8 de Escocia de hace un par de años. España es un líder mundial en implantación de renovables, pero aún podríamos ser mayor referente si ahorráramos un poco.

De hecho, nos lo podemos plantear como una situación estratégica. España importa casi todo el petróleo y gas que consume (y ésas son nuestras mayores fuentes de energía), lo cual tiene varios efectos, entre los cuales:
  • aumenta nuestras importaciones (y con ello, empuja nuestra balanza comercial un poco más hacia el negativo y aumenta nuestras necesidades de financiación en un momento en que anda escasa)
  • aumenta la volatilidad de precios (y, por regla general, la inflación)
  • dependemos de terceros a los que hay que hacer la rosca (Argelia sobretodo, algo menos Venezuela...)
Si con medidas que son fáciles de adoptar, fuéramos capaces de reducir nuestra dependencia del petróleo no sólo ganaríamos en medio ambiente, sino también económicamente. Y no estamos hablando de medidas imposibles: cosas tan sencillas como utilizar bombillas de bajo consumo (que gastan menos de un 25% que las tradicionales) es raro en España pero es la norma en un país en desarrollo como China.

Hay medidas más costosas, pero que deberían de ser igualmente eficientes. Cuando vivía en Francia (noroeste de París) estuvimos un par de semanas bajo cero. No hizo falta calefacción en casa: el piso estaba orientado al sur y bien aislado. El vecino de al lado, cuyo piso daba al norte, gastó 75€ en calefacción ese mes. Multiplicad eso por 60 millones de franceses (poned 3 personas por piso) y sale una pasta gansa.

Sigo sin entender porque en Barcelona necesito calefacción desde octubre a marzo y en Francia apenas la puse en 2 años.

martes, 13 de octubre de 2009

Energía eólica en China

China es un país con importantes necesidades energéticas. A día de hoy, la mayoría de dichas necesidades se cubren por medios fósiles: el 76% de la energía proviene del carbón, 11% petróleo y gas natural un 3% (del departamento de estadística chino). Sin embargo, con el elevado crecimiento económico chino, esta fuerte dependencia del carbón se está volviendo insostenible (por razones económicas, de orden social y medioambientales).

Por esto (y porque China ha idenificado en ello una industria estratégica), ahora mismo hay un boom de los proveedores locales chinos en energías renovables, que cuentan con todo el apoyo del gobierno chino. Con un par de gráficos se ve claramente el boom chino (haced clic para ampliar las imagenes):


 

Si en 2006, los mayores proveedores en China eran Goldwind (CN), Vestas (DK), Gamesa (ES) con un 75% del mercado, en 2008 representaban apenas el 39% del mercado y los tres mayores fabricantes chinos Sinovel, Goldwind y Donqi representaban el 56% del mercado (y GE, segundo fabricante mundial era apenas significativo en el mercado).

En pocas palabras, en 2 años los fabricantes chinos han subido como la espuma en el mercado local. De momento, la tecnología no está al nivel de los occidentales (sobretodo en cuanto a uptime), pero son ultra-competitivos en coste.  Con el tiempo, para servir al mercado local, Vestas y Gamesa se han instalado ambas en Tianjin que se ha convertido en el hub eólico de China. La pregunta que uno se hace es cuán competitivos pueden ser ests fabricantes chinos y si son capaces de ir al mercado exterior. En el caso de las turbina eólicas no se puede replicar el modelo de exportación típoco de la internacionalización de algunas empresas chinas (Haier, Huawei), sino que se requiere una fuerte presencia local, tanto en términos de fuerza de venta como fabricación. Y es por muy barata que sea la mano de obra en China, el coste de transportar palas de 50m de largo por barco no es negligible.

sábado, 10 de octubre de 2009

A perro flaco...

El dinamismo económíco se basa en la confianza. Si tu me quieres vender un coche usado y yo no me fio de ti como vendedor, querré probarlo, que lo inspeccione un amigo que sepa de mecánica, pediré garantías (pagar si el coche sigue funcionando a los 6 meses, a los 12...) y, por lo general, tendré esa sensación de que quizá me estás timando. De la misma forma, si no te fías de mi como comprador, me pedirás pagar en efectivo, por adelantado, inspeccionarás los billetes y quizá contrarás a alguien para que me dé una paliza si resulta que los billetes son falsos. En cualquier caso, será una transacción difícil.

Aparte del conocimiento personal, uno de los mejores mecanismos que se han inventado para dar confianza son las instituciones independientes. Si yo voy al vendedor del coche con un cheque de banca, ya no tiene que fiarse de mí, sino del banco. Si él se fía del banco (y es más fácil confiar en un banco que basa su negocio en vender confianza que en un individuo que te puede timar puesto que no te va a volver a ver más), como el banco se fía de mi, puede confiar en mi. Los bancos, el gobierno, las universidades, las aseguradoras... todas ellas son instituciones que dan confianza. Y tienen un rol básico en la economía.

De la misma manera, una empresa no emprende una inversión si no tiene una cierta confianza en el futuro. El carnicero no comprará una cámara frigorífica nueva si cree que de aquí a 3 meses, quebrará la carnicería. El constructor no comprará una grúa si cree que en un año no va a haber obras. La aerolínea no comprará nuevos aviones si cree que en 2 años, el gobierno le va a obligar a regalar los billetes a los ciudadanos rubios (por poner una medida arbitraria).

En general, la predictibilidad y la consistencia en los incentivos son básicos para bajar el riesgo y que haya más gente que ose invertir, comprar o gastar. Bien, parece que en España al legislador no le bastó con que el ejecutivo se cargara la solar fotovoltaica que ahora la han vuelto a liar parda. Y claro, la industria se molesta y se defiende.

No nos basta con tener una crisis que va a ser más larga que el resto de Europa, sino que además parecemos querer ahondarla.

Otro tema es, claro, cuán sostenible es una industria que basa su viabilidad en las subvenciones.

viernes, 9 de octubre de 2009

Pesimismo

Ayer estuve en una charla que dieron Tony y Maureen Wheeler (fundadores de Lonely Planet), dentro del marco de charlas de "entrepreneurship" que organiza LBS. Como suele suceder con los emprendedores, la charla fué muy inspiradora. Al fin y al cabo, no están hablando de su empresa, sino de su pasión, de lo que les hace pasárselo bien y, en el caso de ayer, de su vida, sus viajes, su historia personal (ya van 36 años del primer libro) y, sobretodo lo que les ha motivado en esta vida. Han conseguido hacer de su placer un negocio. Y no les ha ido mal.

Una cosa que envidio de EE.UU. (y, en menor medida, de Inglaterra) es el espíritu emprendedor. No es sólo que se apasionan y lo intentan, sino que  fracasar es parte del proceso de aprendizaje (imaginad la diferencia con alguien a quién le quiebra la empresa en España). Eso les confiere un dinamismo del cual nosotros adolecemos.

Comento esto porque creo que ahora, estamos en un momento donde va a estallar una "revolución verde". La presión social es importante (y la gente está dispuesta a pagar), la tecnología está madura (o madurando) y, como se dice "no hay que desaprovechar una buena crisis". Hay una auténtica batalla en el mundo de las baterías, por poner sólo un ejemplo.

¿Será capaz España de tener un rol en este sector? A pesar de nombres como Gamesa, Abengoa, Acciona o Iberdrola, me temo que no: recortes de subvenciones de I+D (habría que cuestionar si la subvención es el mejor método, pero sólo tenemos este y nos lo cargamos), ningún cambio legislativo para favorecer la creación de start-ups, el sector de VC sigue brillando por su ausencia...

Soy muy pesimista.

jueves, 8 de octubre de 2009

Energía solar

Hasta hace unos años, cuando hablábamos de energía solar, immediatamente pensábamos en paneles solares. Nos olvidamos por ejemplo de lo bien que se está una mañana de marzo al sol, lo calentito que uno está y como se evitan ls sombras como la peste. En otras palabras, el sol da luz, sí, pero también da calor. Y quizá es más fácil aprovechar el calor que la luz.

A día de hoy, esto cambió ya. Al hablar de solar, debemos distinguir varios tipos de tecnologías. De un lado está la termosolar, que aprovecha el calor. En esta categoría entra los calentadores de agua y sistemas de calefacción y, en países en desarrollo, los hornos solares:



Algo que a mi me resultó sorprendente al ir en tren por la China más rural es la cantidad de paneles termosolares que se ven instalados. Parece que allí es el sistema estandar de calefacción y agua caliente. Teniendo en cuenta que son 1.300 millones de personas, eso son unas cuantas centrales de carbón. Ni de lejos se ven en España tantas, pese a que ahora (¡por fin!) el código técnico de la edificación obligue a que un mínimo del 30% de las necesidades de agua caliente vengan cubiertas así (página 84). A ver si con el tiempo nos acercamos a China.

La otra gran familia de tencologías solares son las que se utilizan para generar electricidad. Dentro de ellas, están claramente los paneles solares fotovoltaicos cuyo principio de funcionamiento es aprovechar la corriente que la luz induce en los células fotovoltaicas. Su popularidad en España se debe, sobretodo, a las subvenciones y su caída a la modificación de estas.

Finalmente, empresas como Abengoa han apostado por las centrales solares de concentración. Aquí se trata de, a través de espejos, concentrar la luz (y con ella, el calor) del sol en un punto donde hay un líquido que, al calentarse, mueve una turbina. Es como un gran horno solar, de unos cuantos kilómetros de radio.

Resumiendo, hay muchos tipos de tecnología y unos están más maduros que otros. La tecnología solar, a diferencia de la eólica, está menos madura para generar electricdad pero tiene una ventaja clara en su capacidad de ser "reducida": por 60€ se puede comprar un panel solar en Tibet. Y eso aporta muchas horas de luz y de teléfono. Claramente, es la energía más adaptada de momento, para proveer de modo masivo con energía al mundo en desarrollo, bien sea como hornos solares (cocinar con carbón es bastante más sucio que hacerlo así), bien sea como proveedor de agua caliente, bien sea para proveer de unas cuantas horas de luz en la noche.

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Qué fue de los biocombustibles?

Hace cosa de un año largo, cuando el petróleo estaba en $140 por barril y antes de que la crisis llegara a España oficialmente, todo era biocombustimble por aquí, etanol por allí. Parecía que habíamos encontrado la piedra filosofal, capaz de convertir un simple grano de maíz en una poderosa fuente de energía.

Se puso el ejemplo de Brasil donde se decía, el 50% de los coches funcionan con etanol de azúcar de caña. George W. Bush lanzó a su país a una búsqueda desesperada de alternativas al petróleo y el máiz parecía perfecto: EE.UU. es un gran maizal. ¡Anda que como convirtamos a Iowa en la nueva Arabia Saudí!

Hasta que empezaron a surgir críticas: que si el maíz que se usaba en bioetanol incrementaba el hambre en el mundo, que si era un crimen contra la humanidad, que si el balance de CO2 no era tan positivo... Y, de repente, cayó el precio del petróleo, la economía hizo crack y pinchó la burbuja de biocombustible.

¿Cuánto había de razón y qué fue de ellos?

Alguna críticas eran muy razonables, pero la mayoría puede atribuirse al efecto de burbuja que a los biocombustibles en sí. Está claro que si alguien compra un bosque, lo tala y planta maíz (lo cual requiere fertilizantes, tractores, plantas de destilado de alcohol y transporte, agua...) seguramente, le hace un flaco favor al planeta. Y si México nacionaliza el maíz y pasa a ser gestionado por Pemex (aquí exagero), pues aumentará el hambre en el país.

Pero eso no quiere decir que los biocumbistibles sean malos. Si uno es capaz de convertir la hojarasca en alcohol, la situación es otra: aprovecharíamos algo que no se utiliza para nada y simplemente aceleraríamos su proceso de emisión de CO2. Pero el balance sería más bien neutro (aparte del destilado, transporte del combustible...). Eso son los biocombustibles de segunda generación.

Por un lado, la crisis ha tenido el efecto de parar la locura especulativa en este sector y pinchar la burbuja antes de que fuera muy grande. Esta presentación (en inglés) pinta el panorama en EE.UU.:


En España, el principal productor de biocombustible, Abengoa, se pegó un castañazo bursátil importante: su cotización cayó de un máximo de €33.84 (julio 2007) a €9.31 (Julio 2009), una bajada de 72% (más del doble que el IBEX) aunque últimamente ha remontado (debido, entre otras a su reorientación hacia menor dependencia del biocombustible).

La ciencia en España no necesita tijeras



Me adhiero a la iniciativa de Aldea Irreductible para protestarr por el tijeretazo a los presupuestos de I+D en España. Porque no podemos querer ser un país que cuente si gastamos tanto como Ucrania o Kazajstán. Poruqe el "que inventen ellos" caducó hace más de cien años. Porque el sol, la playa y la sangría están muy bien, pero son más baratos en Turquía. O en Croacia. O en Cuba. O en Marruecos.

Porque Gamesa sçolo hy una. Porque Isofotón la hemos mandado al carajo. Porque es prácticamente imposible emprender en España. Porque da vergüenza que los dos grandes inventos españoles sean la fregona y chupa-chups (lo del submarino o el autogiro, nadie lo sabe).

Porque el corto plazo no es enemigo del largo plazo. Porque da envidia ir por Europa y visitar sus museos nacionales con una impresionante sección de ciencia. Porque tenemos menos premios Nobel que Hungría, por decir algo.

Porque aquí, si no invierte el gobierno, apenas invierte el sector privado.

Porque estoy harto de tener que buscar curro fuera de España.

Por todo eso y mucho más, la ciencia en España no necesita tijeras.

lunes, 5 de octubre de 2009

Planes


A raíz del Protocolo de Kyoto, la mayoría de países firmantes adquirieron unos compromisos (que se incumplen sin sanción posible, todo sea dicho) de limitación de las emisiones de CO2 a la atmósfera. En el caso de España, en 2010 se le permitía aumentar un 15% las emisiones de CO2 respecto a las de 1990 (sí, ya véis cuán agresivos son los planes de reducción de emisiones) y ni eso somos capaces de cumplir. En 2008, emitimos un 42% más que en 1990, con una evolución nula de la intensidad energética (vamos, que seguimos gastando la misma energía que hace 20 años para producir una unidad de PIB).

Posteriormente, algunos países o regiones, decidieron tomar objetivos más agresivos y empezar a hacer parte de la guerra por su cuenta:
  • La UE lanzó el plan 20/20/20: en 2020, el 20% de la energía procederá de fuentes renovables y las emisiones de la UE serán un 20% menores a las de 1990.
  • China, en su Stimulus Package lanzó el plan de lograr un 15% de su electricidad de fuentes renovables (y los chinos incluyen la hidráulica en ello) en 2020. A pesar de las típicas trampas estadísticas (que tan bien hacen los chinos), es la primera vez que China adopta un compromiso con la reducción de emisiones.
  • EE.UU. se está pensando, discutiendo, debatiendo, argumentando, sobre si deberían de asumir compromisos o no.
Con estos planes, cada uno ha decidido hacer un poco la guerra por su cuenta. China, que no ha firmado el protocolo de Kyoto hasta que no lo haga EE.UU., ha visto una oportunidad de negocio en la industria de renovables, hasta entonces dominada por Europa. EE.UU. ha empezado a variar un poco su mentalidad cuando le ha afectado al bolsillo (la gasolina está a €0.50 el litro, ¡oh cielos!). Y Europa, sigue jugando este papel de "donneur des leçons" que tanto gusta en Francia (aunque también hubo quién ha hecho negocio).

Todo esto viene a cuento porque en 2012 el protocolo de Kyoto llega a su fin. Y nadie sabe muy bien qué pasará. Lo que sí parece claro es que ahora la sociedad está más sensibilizada, pero con su bolsillo. ¡Estamos en crisis! Y, ahora mismo, se requiere coraje para tomar decisiones que puedan afectar negativamente aunque sea a una sola empresa.


A mitad de diciembre se celebra en Copenhague la cumbre del clima de la ONU. Tengo pocas esperanzas de que salga algo positivo, ya que los intereses de cada país es altamente probable que prevalezcan. Y todos conocemos la fobia que tiene EE.UU. a comprometerse. Pero la pregunta que me hago es: ¿importa?

Hay factores importantes que explican porque esta cumbre puede ser una pérdida de tiempo. Por un lado, aún sigue el susto del precio del petróleo. Aunque estemos en recesión, el petróleo sigue caro (los $80/barril sigue estando en la franja alta) y nada hace pensar que vaya a bajar. Por otro, la inversión en renovables ha dado sus frutos y, actualemente, un kWh de eólica cuesta tanto como uno nuclear (unos 30 céntimos). Empieza a ser viable sin muchos subsidios y mejorando. En eólica almenos, se ha pasado el punto donde la industria es viable y potente.

Sin embargo, hay factores que explican porque esta cumbre debería de dar resultados. De entrada,  el desarrollo de renovables de momento, no está implicando el cierre de centrales térmicas. Así que, las emisiones no bajan en términos absloutos (aunque sí en relativos). Y, segundo, es un problema global: Europa sola no va a ningún lugar sin EE.UU., China, Canadá, Australia, India... No se puede pedir lo mismo a Europa que a China, pero ambos deben de estar en la pomada.

domingo, 4 de octubre de 2009

Mecanismos de reducción de CO2


Desde que hace 12 años, en Kioto se firmara el Protocolo de Kioto del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU, mucho se ha hablado de la reducción de emisiones. Por lo general, ha habido dos grandes mecanismos gubernamentales para intentar reducir las emisiones (omito la presión pura y dura o el acoso):
  1. Creación de impuestos sobre las emisiones de carbono.
  2. Creación de un mercado de derechos de emisiones de carbono (cap and trade, en inglés).
Ambos tienen sus puntos a favor y sus inconvenientes. La creación de un impuesto sobre las emisiones (como recientemente ha hecho Francia) es, ante todo, de aplicación sencilla y es previsible. Tiene el incoveniente de su nula progresividad fiscal y que no limita la cantidad total de emisiones de manera directa (sí lo hace de manera indirecta).

La creación de mercados de derechos de emisiones se basa en limitar la cantidad total de emisiones posibles y, a partir de allí, que quien deba de emitir más, compre más derechos de emisión. Se trata de hacer que un elemento hasta ahora infinito esté limitado: es un mecanismo de restricción de la oferta, lo que crea un mercado. Y, si se supone que los mercados son eficientes, este mecanismo permite optimizar la reducción de emisiones: emite más quién menos puede reducirlas (o a quién le cuesta más dinero reducirlas).

Sin embargo, suponer que la creación de un mercado lleva a un mercado eficiente es soñar despierto. Ante todo, depende del gobierno y éste está sometido a presiones: p.ej., las aerolíneas o el coche privado están exentas del mercado europeo.

En la EU se ha creado dicho mecanismo (lo cual ha creado un reguero de empresas financieras asociadas: Evolution Markets, Brokers Carbon, una divisón de Essent Trading...) y ahora en los EE.UU. tienen un debate sobre si hay que hacer algo (parece que sí) y qué (dejo un link a favor de los mecanismos de"cap and trade").

Personalmente, no creo que haya una solución perfecta. Empezando porque conocer exactamente las emisiones de cada cual es difícil. Pero el meollo está en qué incentivos queremos dar a las empresas: ¿palo o zanahoria? En ambos casos, se trata de internalizar una externalidad, pero no se tiene en cuenta otros incentivos que se podrían utilizar (rebajas fiscales en las inversiones en reducción de emisiones, p.ej., aunque ahora no está el horno para bollos). Pese a su complejidad, me gusta el mecanismo de "cap and trade" siempre y cuando fuera más eficiente. En mi opinión, esto pasaría por independizarlo de los gobiernos (¿por qué no un banco central de emisiones? ¿quizá un banco europeo?) y encargar a dicho organismo una misión clara (como la del BCE, que es mantener la estabilidad de precios): "reducir las emisiones a XX toneladas en el año 2015".

No es una solución sencilla ni agradable para las empresas y los ciudadanos (que también deberían de incluirse). Pero nadie ha dicho que sea fácil. Requiere un esfuerzo.

sábado, 3 de octubre de 2009

¿Es el momento del coche eléctrico?

Jorge hizo un par de comentarios muy interesantes acerca del artículo sobre Better Place. Como los hizo en Facebook, no los podéis ver acá pero me parece que merecen una reflexión. Así que paso a resumirlos y comentarlos.

Uno de los comentarios que hace Jorge se refiere a la viabilidad teconológica y comercial de Better Place: "[...]conseguir baterías que no se degraden mucho es muy caro actualmente. Y claro, uno no querría ponerle a su coche una batería que ya ha perdido bastante capacidad de carga o que no tenga garantizada 100% la carga. Para eso tienes que a) usar baterías de una calidad que actualmente haría prohibitivo su uso en un sistema así, o b) deshechar las baterías cada pocos ciclos de carga (lo cual tb encarece). Y eso sin tener en cuenta la poca fiabilidad de los sistemas de medición de carga de una batería [...]". Ante esto, poco que añadir salvo que el mismo problema existe para todas las baterías y, en mi opinión, el hecho que las de Better Place sean remplazables mueve el problema de uno puramente tecnológico a uno comercial. Amplía el campo de juego y, en este caso, eso puede ser bueno.


Otro comentario de Jorge se refiere a si el coche eléctrico es realmente limpio y lo relaciona con el origen de la energía. Ahí si que no puedo estar más de acuerdo. Está claro que, si electrificamos el transporte para seguir produciendo la electricidad con carbón o petróleo, poco ganamos. Sin embargo, creo que ahora estamos atravesando un momento relativamente dulce para la energía limpia.
  • Según datos de REE, en España las centrales de ciclo combinado y renovables produjeron el 50% de la demanda y las renovables (eólica, solar y minihidráulica) suponen un 25% de la potencia instalada. 
  • Eurostat nos indica que el porcentaje de energías renovables en el mix eléctrico británico ha pasado de 1,9% a 5,1%; el alemán, de 4,3% a 15% (pequeña nota: estoy un poco confuso con los datos de Eurostat, ya que no dice qué entienden por renovables y, viendo algunos números, creo que incluyen hidráulica en las renovables, de ahí la variabilidad anual y la diferencia con los datos de REE).
En resumen, hay que andarse con cuidado para no pasar de la sartén a las brasas, pero quizá ahora sí sea un buen momento.

Para los que tienen tiempo, dejo un enlace al documental "Who killed the electric car?", haciendo referencia al EV1 de General Motors, lanzado en los 90. Aviso: es largo (1h30) y no es imparcial. Siento no poner el video aquí, pero no lo encuentro en youtube.

viernes, 2 de octubre de 2009

Better Place

Cuando se habla de nueva empresa, de emprendeduría (o empresarialidad, dependiendo del país: aún no tenemos una buena traducción para entrepreneurship) muchas veces se suele pensar en nuevos productos, en start-ups o .com. Sin embargo, la innovación puede venir por tres frentes: nuevo producto, nuevo mercado, nuevo modelo de negocio.

Innovar en uno de los tres ejes es difícil, en dos es de nota y en los tres, de quitarse el sombrero y aplaudir con ganas. Son muchas las incógnitas al emprender algo nuevo y, cuanto más novedoso, mayores son dichas incógnitas.

Better Place es una empresa de promoción del coche eléctrico. Fue fundada en 2007 por Shai Agassi, ex-directivo de SAP. Cuentan su objetivo en su vídeo corporativo:



A diferencia de muchos otros intentos de coche eléctrico, Better Place no pretende irrumpir con un modelo disruptivo. Su objetivo es mucho más modesto: simplemente, un nuevo producto. Mismo mercado, mismo modelo de negocio. Y, curiosamente, quizá eso sea lo disruptivo.

En muy breve, los coches de Better Place (fabricados por Renault) no deberán de enchufarse a la corriente durante horas para poder cargar la batería (¿os imagináis tener la gasolinera en casa y llenar el depósito gota a gota? Eso viene a ser lo que proponen los demás), sino que las baterías seran intercambiables. ¿Batería baja? No hay problema: se va a la "gasolinera" y, en 2 minutos, se tiene una batería nueva completamente cargada. La idea es tan simple que parece increíble que no lo haya pensado nadie antes.

Este modelo tiene claras ventajas respecto a lo que nos venden de enchufar el coche en casa o la calle: la autonomía está limitada por la red de estaciones de servicio, la carga es rápida y, sobretodo, requiere mucho menos desarrollo de nuevos productos (no hay que hacer cargadores caseros de alta velocidad, p.ej.). Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: la cantidad de baterías a fabricar es mucho mayor (aunque pueden ser más pequeñas y, por tanto más ligeras ya que la autonomía no va únicamente ligada a su capacidad) y, sobretodo, hay que desarrollar la red de estaciones de servicio.

Como mandan los cánones de empresarialidad, Better Place ha optado por probar su producto en un mercado pequeño (Israel) y que cumple una serie de características: es un mercado cerrado (los coches israelíes no salen del país) y es muy abierto a este tipo de innovaciones. El gran reto será, como en la mayoría de start-ups, escalarlo hacia un tamaño mayor.

Pero tiene muy buena pinta.

Dejo de propina el TED Talk de Shai Agassi sobre su idea (son 18 minutos):

jueves, 1 de octubre de 2009

Al hilo del post anterior

Propósito del blog

Sí, el mundo no se ha acabado, la crisis no ha sido el final del capitalismo tal como lo conocemos, los banqueros vuelven a tener bonus de 6 dígitos... y, sin embargo algo sí está cambiando.

Hoy la República Popular de China cumple 60 años. En 1978, el PIB de China representaba menos de un 2% del PIB mundial y el año pasado, cerca de un 6%. La población china es un 20% de la mundial, así que es razonable pensar que su PIB rozará el 20% del mundial. ¿De verdad pueden seguir el mismo modelo que ha seguido occidente?

Como muestra, un pequeño botón. En este gráfico, podéis ver la evolución de las emisiones de CO2 de China, España, EE.UU. e India. Ved como China no para de emitir más y más hasta el punto de rebasar a EE.UU. Como, además la intensidad energética China, a pesar de haberse reducido respecto a hace 30 años sigue siendo muy alta, China va a emitir más y más a no ser que cambie su modelo. Y cuando digo China, digo todos.

En este blog quiero hablar de energía limpia, de lo que se está haciendo y lo que se cuece. A pesar de ser ingeniero y gustarme la tecnología, en este blog no nos meteremos mucho en ella y, caso de hacerlo, será el mínimo imprescindible. El propósito no es tampoco que esto sea un blog ecologista: estoy convencido que la manera de cambiar esto es poniendo dinero detrás, así que intentaremos seguir el dinero. Y, sí, habrá opinión.

Espero que os guste.