miércoles, 28 de octubre de 2009

Tasa de carbono

Ayer estaba tomando un excelente chocolate con mi amigo Xavier, cosa que aquí en Londres no es fácil (cafetería italiana un poco más arriba del metro de Leicester Square). Xavier es alguien con quien siempre merece la pena tener una charla sobre prácticamente cualquier tema y, especialmente de economía y política (por algo es doctor en economía y curra en la tesorería británica).

Mientras arreglábamos el mundo y disfrutábamos de un chocolate que se come con cucharilla y no se bebe, Xavier empezó a hablar de como cree que debería de ser la fiscalidad. Idealmente, los impuestos deberían de servir para desincentivar comportamientos con externalidades negativas más que tasar los bienes (el estado deberia de financiarse a base de efectuar actividades de valor añadido). En este sentido, una tasa de carbono sería ideal (quien contamina, paga). Lo cual nos devuelve al debate de tasa vs "cap and trade".

Sin embargo, hay un argumento muy fuerte en contra de un impuesto así. Y que casi siempre es negligido. Idealmente, se quiere desincentivar la actividad que provoca una externalidad negativa hasta el punto que desaparezca. Sin embargo, una vez se crea un impuesto se crea un caudal de dinero al cual no es fácil renunciar. Y tenemos el mismo problema de que los impuestos del tabaco financian la sanidad. Si nadie fuma, no hay dinero. Sin embargo, no queremos que nadie fume.

El evitar un sistema de incentivos perversos es otro argumento más a favor del sistema de "cap and trade".

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