miércoles, 21 de octubre de 2009

Inversión a largo plazo

Steve Levitt y Stephen Dubner consiguieron fama mundial gracias al libro Freakonomics, donde se explicaban resultados de las investigaciones de Levitt. Resumiendo enormenente, Levitt aplica técnicas económicas al análisis de lo que, en principio, nada tiene que ver con la economía: la relación entre el aborto y la criminalidad es quizá la más conocida, pero hay otra que a mi me hace mucha gracia que es intentar decirle a un futbolsta hacia donde tiene que chutar un penal para maximizar la probabilidad de meterlo (2/3 hacia su lado fuerte y 1/3 hacia el lado más débil).

Anteayer salió publicado un segundo libro de lo que parece será una franquicia, Superfreakonomics. El último capítulo trata del cambio climático y ha levantado cierta polémica. Desde los altares fundamentalistas se les acusa de negacionistas del cambio climático y de estar mal informados, cosa que ellos han negado en su blog.

Todo est tuvo una consecuencia positiva, para mí. Se ha hablado bastante de cambio climático en dicho blog últimamente. Ayer publicaron un post muy intresante sobre los posibles efectos del despliegue masivo de granjas solares. El mensaje no es nada nuevo: las granjas solares serán buenas a largo plazo, pero van a ser muy caras (en términs monetarios y de emisiones de carbono) a corto plazo.

Volvemos a tener planteado un dilema clásico entre los efectos a largo plazo y a corto plazo (problema clásico de finanzas por cierto, entre proyectos con un NPV positivo y una inversión enorme y proyectos con menos inversión y menor NPV). Esto me recuerda a la noticia que apereció ayer en FT, según la cual "los países desarrollados quieren reducir sus emisiones un 80% en 2050". La crítica obvia (y que se hace en la propia noticia) es que 2050 es tan lejos que es como no comprometerse a nada. Pero hay otra menos obvia, y es el coste que tiene reducir tanto las emisiones en este plazo.

A día de hoy, la mejor manera de reducir emisiones, es reducir el consumo y eso no parece que vaya a suceser pronto. Podemos mejorar la eficiencia y ahorrar, pero eso no llega ni de lejos al 80%. Habrá que invertir en desarrollar sistemas que consuman menos energía y, sobretodo, habrá que desplegar de manera masiva nuevas fuentes de energía. Y eso va a ser caro y va a aumentar las emisiones a corto plazo (porque bien se tienen que producir los molinos de viento y eso requiere energía). Para llegar al target de 80% en 2050 habrá que hacer un despliegue masivo de nuevas tecnologías y no se van a "autofinanciar" (ie, el carbono que neceistamos para producir los paneles solares necesarios en 2020 no va a venir sólo de los paneles ya instalados).

En definitiva, estamos ante un problema complejo cuya solución requiere menos dogmatismo del necesario. Sí, las renovables nos dan un futuro sin carbono, pero un presente donde las emisiones van a tener que aumentar.

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